A medida que las infraestructuras digitales y físicas se fusionan, las prácticas de seguridad tradicionales se quedan obsoletas. Los dispositivos de seguridad física, como las cámaras de vigilancia y los sistemas de control de acceso, se basan ahora en el IoT y la IA, integrándose en sistemas de red más amplios. Si bien esto mejora la eficiencia, también crea nuevas vulnerabilidades. Un ciberataque contra la infraestructura digital puede comprometer fácilmente las herramientas de seguridad física, abriendo paso a puntos de entrada que los atacantes pueden explotar fácilmente.
Un reciente artículo de Forbes profundiza en la solución: una integración más inteligente de la seguridad. En pocas palabras, una estrategia de seguridad holística que integre la ciberseguridad y la seguridad física ayuda a identificar las vulnerabilidades que se solapan, mejora los tiempos de respuesta y favorece la mitigación proactiva de los riesgos. Para sectores como la energía, el transporte y la sanidad, esta integración es especialmente crítica, ya que los ataques selectivos pueden provocar importantes filtraciones de datos o fallos del sistema. El futuro de la seguridad depende de esta convergencia para que las organizaciones puedan construir defensas resistentes y multicapa.
(Pssst... conocemos a un tipo. Alert Enterprise conecta tus sistemas físicos y digitales con soluciones impulsadas por IA y orientadas al móvil para que no tengas que preocuparte de nada 😉).
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